Iniciad vuestra jornada literiaria con un ejemplar del libro en una mano y con los consejos más valiosos en la otra. Saboreadla, aún más si cabe, finalizándola con una cálida tertulia entre compañeros de viaje, aderezada por descubrimientos gastronómicos, y por supuesto, rematada con un merecido descanso.