Estoy sentada frente al ordenador ante una ventana que da a un patio de vecinos. En la casa de enfrente hay obras y la maquinaria torpedea con un ruido constante cualquier intento de pensar en la primavera que estalla ya en balcones y ventanas pero, sobre todo, en ese Pirineo verde que hoy ha vuelto a amanecer blanco. Pienso en el silencio de mis montañas, ese apabullante silencio que sobrecoge el alma y magnifica cualquier sonido. Parafraseo a Antonio Machado: “En el Alto Pirineo, Primavera tarda, pero es tan bella y dulce cuando llega.”